lunes

dEsPlAzAmIeNtO

La desierta carencia del mediodía se demora entre susto y rustiquez.
La tracción del paisaje es el descuido.
Se muere un agua y se aquietan los insectos por la contradicción.
Con poca luz y mucho trasluz, lo equitativo del azul repone su sangre al elemento,
y embistiendo con dúctil claridad fraguada,
desvirga la clausura del aguardo.
Al grito esplendoroso del minuto, se libra del tiempo la mirada,
y se incluye confusa en cielo ingenuo como hendida tribuna dominada.
Encorva con su nado una gavina, la indiferencia de ese sitio impuro
y el oleaje ambarino de una duna
se anticipa prontamente a la planicie.